La Propuesta de IsaĆas para resolver los problemas del mundo
- Benjamin Sherrill
- 29 sept 2023
- 9 Min. de lectura
Corre el aƱo 2023, los pueblos del mundo sufren una desesperanza absoluta, los mares del caos y el terror son profundos, las naciones estĆ”n enfurecidas. Las calles estĆ”n llenas de la sangre de los inocentes, todos buscan justicia, verdad y sentido. Sin embargo, estas cosas no se encuentran en ninguna parte, nadie parece poder definirlas. Por otro lado, la desesperación se encuentra en todos los armarios familiares junto a la sal y la pimienta. Se producen tiroteos en escuelas:"Ā”Necesitamos mĆ”s control de armas!" gritan las masas. Se aprueban leyes transgĆ©nero militantes en CanadĆ”:"Ā”Necesitamos mĆ”s igualdad!" y "Ā”Sin justicia, no hay paz!", exigen las masas. Se seƱala con el dedo en todas direcciones: el sistema no funciona, los polĆticos son el problema, no hay suficiente atención sanitaria, las armas son el problema, el capitalismo estĆ” destruyendo familias y el hombre blanco es el culpable de todo el racismo. El mundo se comporta como un par de hermanos adolescentes que se pelean por todo, a la espera de que llegue papĆ” y diga: "ĀæQuĆ© carambas estĆ” pasando aquĆ, ah?".
Bueno ĀæquĆ© rayos estĆ” pasando aquĆ? No faltan respuestas y, como ya se ha dicho, todo el mundo parece apuntar en todas direcciones, excepto una. PermĆtanme explicarlo contando una famosa historia que oĆ una vez: The Times le pidió al brillante G.K. Chesterton y a otros pensadores famosos de la Ć©poca que respondieran a la siguiente pregunta: "ĀæQuĆ© le pasa al mundo de hoy?" Los pensadores enviaron por correo sus extensas respuestas, las cuales abordaban todo tipo de preguntas y problemas. Cuando le llegó el turno de responder a Chesterton, envió la respuesta teológicamente mĆ”s sólida que se podĆa producir, escribió una carta que decĆa simplemente:
"Estimado seƱor: Yo soy. Atentamente, G.K. Chesterton".
Brillante Āæno? "ĀæQuĆ© le pasa al mundo de hoy?" Yo. Esta es la respuesta rotunda de la fe cristiana. El problema no es el mundo, el diablo, la pandemia, el cambio climĆ”tico, los mercados inflacionistas, el racismo que se estĆ” produciendo, etc. (sin duda cuestiones serias), pero todas ellas apuntan a un denominador comĆŗn: yo, yo mismo y yo. Como cantaba Taylor Swift en su reciente Ć©xito: "Soy yo, hola, yo soy el problema Ā”soy yo!" De vez en cuando, Dios puede usar el trasero de Balaam para decir la verdad. Pero dejemos a un lado por un momento el discurso del burro y consideremos el asunto desde un punto de vista bĆblico. La visión del profeta IsaĆas, en el capĆtulo seis, habla con fuerza del tema que nos ocupa:
1 En el aƱo de la muerte del rey UzĆas, vi al SeƱor sentado en un trono alto y sublime, y la cola de su manto llenaba el templo. 2 Encima de Ćl habĆa serafines, cada uno con seis alas: con dos cada uno cubrĆa su rostro, con dos cada uno cubrĆa sus pies, y con dos cada uno volaba. 3 Y uno llamaba a otro y decĆa: "Santo, Santo, Santo, es el SeƱor de los ejĆ©rcitos. Toda la tierra estĆ” llena de Su gloria".
4 Y los cimientos de los umbrales temblaron a la voz del que gritaba, mientras el templo se llenaba de humo 5 Entonces dije: "Ā”Ay de mĆ, que estoy arruinado! Porque soy hombre de labios impuros, Y vivo en medio de un pueblo de labios impuros; Porque mis ojos han visto al Rey, al SeƱor de los ejĆ©rcitos."
6 Entonces uno de los serafines voló hacia mĆ con un carbón encendido en la mano, que habĆa tomado del altar con unas tenazas. 7 Tocó mi boca con Ć©l y dijo: "Mira, esto ha tocado tus labios; y tu culpa ha sido quitada y se ha hecho expiación por tu pecado." (IsaĆas 6:1-7)
AquĆ se nos presenta un plano, una hoja de ruta, el Ćŗnico camino para avanzar en la gran lucha de la humanidad contra sĆ misma. El Todopoderoso nos da una respuesta en tres pasos:
Paso 1: Debemos reconocer quiƩn es Dios
En esta gloriosa visión, se presenta la singularidad del mensaje cristiano. Los versĆculos 1 al 4 nos recuerdan que el mundo estĆ” lleno de soluciones momentĆ”neas y siempre cambiantes para todos los problemas de la vida, pero IsaĆas no estĆ” interesado en eso. Lo que le interesa es identificar la raĆz del problema. AquĆ el plan comienza con un primer paso: reconocer, como lo hizo IsaĆas, quiĆ©n es el personaje principal de la visión. No es el hombre, sino Aquel que estĆ” en el trono, nada menos que el Rey del cosmos, el SeƱor Dios Omnipotente. Los serafines declaran "Santo, Santo, Santo, es el SeƱor de los ejĆ©rcitos. Toda la tierra estĆ” llena de su gloria". El Dr. R.C. Sproul nos recuerda que "este es el Ćŗnico atributo de Dios que se magnifica en las Escrituras hasta el tercer grado de repetición." [1]
Incluso los umbrales inanimados del templo tiemblan, los Ć”ngeles tienen que cubrirse al encontrarse con la santidad de Dios. Esta santidad del Todopoderoso resplandece por todos los cielos y la tierra irradiando una total alteridad (GĆ©n. 1:1), esto es a menudo descrito por los teólogos como la aseidad de Dios (Rom. 11:36). Ćl es el Ćŗnico ser autosuficiente, que no depende de nada ni de nadie, la vida se encuentra dentro de sĆ mismo, Ćl es la vida, se nos recuerda que es cualitativamente distinto del orden creado de todas las maneras concebibles. Muchos ven a Dios como el individuo mĆ”s grande y mĆ”s fuerte de nuestro universo, una figura parecida a SupermĆ”n; sin embargo, este pasaje pone de relieve lo contrario. El SeƱor se diferencia de sus criaturas en que es infinito y eterno en su sabidurĆa, poder, santidad, justicia, bondad y verdad. Ćl es el gran YO SOY (Ex. 3:14).
Paso 2: Debemos reconocer quiƩn es el hombre
Continuando en el versĆculo 5, IsaĆas el mensajero, recibe una visión de la santidad de Dios que resulta en un despertar a la gravedad y pavor de su estado actual, la cual lo lleva a declarar: "Ā”Ay de mĆ, que estoy arruinado!". IsaĆas es muy intencionado en sus palabras. Los profetas son conocidos como los abogados del pacto de Dios, quienes pronuncian su juicio sobre los infractores del pacto. A menudo esto se hace utilizando la palabra ay. Vemos esto en Ezequiel 16:23-27 cuando la ira de Dios se derrama sobre Israel debido a su prostitución espiritual: "Y sucedió que despuĆ©s de toda vuestra maldad ('Ā”Ay, ay de vosotros!' declara el SeƱor Dios)" (Ezequiel 16:23; IsaĆas 33:1; JeremĆas 48:1-2; SofonĆas 2:5, etc.) Nuevamente, observamos a JesĆŗs como el Ćŗltimo profeta que trae el lenguaje del juicio sobre esa generación malvada que lo crucificó (Mateo 16-24). Por lo tanto, IsaĆas estĆ” pronunciando claramente la maldición sobre sĆ mismo "Ā”Ay de mĆ, que estoy arruinado! El mensajero justo es muy consciente de la majestad y trascendencia del Santo. Si los Ć”ngeles deben cubrirse Āæcómo va a permanecer impasible ante Aquel que mantiene unido el universo? Otras traducciones dicen "porque estoy deshecho" o "estoy perdido", de ahĆ que IsaĆas estĆ© comunicando la total desesperación de su pueblo y la suya propia.
Se puede oĆr el terrible tono de su respuesta. Lo mismo le ocurrió a Pedro en Lucas 5. JesĆŗs habĆa terminado de enseƱar y le dice a su discĆpulo Pedro, un pescador experimentado, que eche las redes en un lugar determinado, por lo que Pedro le recuerda a JesĆŗs que ya habĆan intentado pescar, pero no habĆan tenido Ć©xito: "Maestro, hemos trabajado duro toda la noche y no hemos pescado nada", pero aparentemente asĆ Pedro le da a JesĆŗs el proverbial golpe en el hombro y le dice "pero harĆ© lo que TĆŗ dices y echarĆ© las redes". (v. 5) Entonces, el mismo que estaba sentado en el trono en la visión de IsaĆas y que creó ese ocĆ©ano donde estaban pescando, desborda las redes con peces, asĆ que Pedro cae de rodillas y procede a dar una respuesta notable, una que se parece a la realización de IsaĆas: "ApĆ”rtate de mĆ, SeƱor, que soy un hombre pecador." (v. 8) IsaĆas vislumbró lo que Pedro vio, al Santo, al trascendente, el esplendor, la gloria y la imagen perfecta del Padre, el Hijo unigĆ©nito, la Palabra viva por la que todas las cosas se mantienen unidas (Jn. 12:41; Heb. 1:3). Darse cuenta de quiĆ©n es Dios nos revela quiĆ©nes somos en realidad y esto deberĆa producir en nosotros la misma respuesta que tuvieron Pedro e IsaĆas: temblor, pavor, terror, ya que Dios es santo y nosotros no.
Paso 3: Debemos reconocer cuƔl es la respuesta
Lógicamente, la siguiente pregunta deberĆa ser: Siendo Dios infinitamente santo y el hombre completamente impĆo Āæcómo puede reconciliarse el abismo? ĀæCómo pueden existir tinieblas donde hay luz perfecta? En otras palabras Āæcómo limpia el hombre sus inmundos labios manchados por el pecado? He aquĆ la sencilla respuesta: no puede. El veredicto es claro, debido a que ningĆŗn hombre es inocente ante los ojos de un Dios santo, su ira se derrama sobre toda la humanidad porque rechazan activamente su verdad en injusticia (Rom. 1:18-20). La humanidad ama su estado de inmundicia, aceptando el fruto envenenado y no teniendo ningĆŗn deseo de limpiar la inmundicia de sus labios. Sin embargo, aquĆ radica el factor distintivo entre el cristianismo y todas las demĆ”s cosmovisiones hechas por el hombre. No se puede subir la escalera hasta Dios, esta se rompe en el primer peldaƱo. No se trata de "intentar ser mejor persona para poder ir al cielo algĆŗn dĆa". IsaĆas dice mĆ”s adelante que "todas nuestras obras de justicia son como trapos de inmundicia" (IsaĆas 64:6). Es en este profundo y oscuro agujero donde se encuentran todos los hombres y mujeres de la tierra y; sin embargo, en la oscuridad, los versĆculos 6-7 irrumpen con la luz mĆ”s brillante posible para declararnos a nosotros, una raza pecadora, la mejor noticia que jamĆ”s podrĆamos escuchar, la Ćŗnica noticia verdaderamente buena:
Entonces uno de los serafines voló hacia mĆ con un carbón encendido en la mano, que habĆa cogido del altar con unas tenazas. 7 Tocó mi boca con Ć©l y dijo: "He aquĆ, esto ha tocado tus labios; y tu culpa ha sido quitada y se ha hecho expiación por tu pecado."
El gran abismo entre la infinita santidad de Dios y la total pecaminosidad del hombre es imposible de salvar con esfuerzos humanos. Pero el SeƱor, en su bondad y gracia, muestra misericordia recordando su pacto-promesa de sanar a las naciones (Ap. 22:2) y de salvar el abismo (Luc. 4:16-19). El Creador trascendente, infinito y todopoderoso condesciende a encontrarse con su creación para proporcionarle la justicia ajena que se necesita para encontrar la redención y el perdón (Fil. 2:5-11). El Rey-Salvador vino a la Tierra y vivió la vida perfecta que nosotros nunca podrĆamos vivir, fue asesinado injustamente y resucitó de la tumba tres dĆas despuĆ©s para que pudiera salvarse la brecha infinita entre la santidad de Dios y la pecaminosidad del hombre. Esto es lo que lleva al apóstol Pablo a decir: "Fue para mostrar su justicia en el tiempo presente, a fin de ser justo y justificador del que tiene fe en JesĆŗs". (Rom. 3:26). Puesto que Dios es justo debe juzgar el pecado y debido a que Dios es misericordioso y amoroso, se hizo el Dios-hombre que paga por el pecado para ser "el justificador del que tiene fe en JesĆŗs."
Hermanos y hermanas, todas las soluciones seculares, ya sea el wokismo o el comunismo, o el transgenerismo, o el feminismo, son sistemas vacĆos de pensamiento que intentan calmar las tormentas del "malestar social". Tratan de calmar el mal en vano. Las naciones siguen enfurecidas como olas que chocan unas contra otras sin control. El miedo sigue llenando el corazón del hombre, igual que llenó el corazón de los discĆpulos hace 2000 aƱos en medio de una terrible tormenta. Desesperados, fueron a despertar a JesĆŗs, quien dormĆa profundamente y le dijeron: "SĆ”lvanos, SeƱor, que perecemos". (Mt. 8, 25) Los discĆpulos pensaban que su mayor problema eran las olas que arremetĆan contra ellos durante la tempestad y lo que mĆ”s deseaban, en aquel momento, era que JesĆŗs detuviera la tormenta para que todo volviera a la normalidad. Pero la respuesta de JesĆŗs fue inesperada. JesĆŗs, a diferencia del intento de los modernos de resolver los problemas del mundo poniendo una vendita en un agujero de bala, va al corazón de la tormenta, va directamente a la causa de la tormenta, el pecado, y ofrece su vida por la nuestra, proporcionando paz. Y asĆ JesĆŗs les responde a sus preocupados discĆpulos: "ĀæPor quĆ© tenĆ©is miedo, hombres de poca fe? Entonces se levantó y reprendió a los vientos y al mar, y se produjo una gran calma". (v. 26)
El apóstol Juan nos recuerda que "en el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. Porque el temor tiene que ver con el castigo y quien teme no se ha perfeccionado en el amor." (1 Jn. 4:18) El miedo que tiene el mundo estĆ” relacionado con el castigo. La muerte es un enemigo y el pecado ha producido inquietud en nuestras mentes y almas. Pero IsaĆas, Pedro, Pablo, Juan y todos los demĆ”s escritores bĆblicos, nos recuerdan la misma respuesta, "el amor perfecto echa fuera el temor". La encarnación del amor perfecto se encuentra nada menos que en Jesucristo: "pero Dios muestra su amor por nosotros en que, siendo aĆŗn pecadores, Cristo murió por nosotros". (Rom. 5:8). Los desafĆos sociales pueden parecer un poco diferentes de una generación a otra, pero como dijo una vez el gran predicador Martin Lloyd-Jones: "...el problema de la humanidad sigue siendo el mismo, Dios es el mismo y la solución del problema es la misma: Jesucristo". JesĆŗs es la verdadera respuesta al verdadero problema del mundo, el pecado. Ā”AsĆ que venga y dĆ©le la bienvenida a Jesucristo!
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1 See The Holiness of God, for a life-impacting study on the character of the triune God.